Los Diáconos Permanentes

ESCUELA DE FORMACIÓN DIACONAL

Carrusel -visión general del proceso


ILUMINACIÓN DOCTRINAL


Desde 1976 la Diócesis de Pereira cuenta con la presencia de diáconos permanentes. El número 29 de la “Lumen Gentium”, abrió las puertas en la Iglesia para implementar este ministerio. Allí leemos: “En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos que reciben la imposición de manos no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio. Así, confortados con la gracia sacramental, en comunión con el obispo y su presbiterio, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad…Este diaconado se podrá conferir a los hombres de edad madura, aunque estén casados, y también a jóvenes idóneos; pero para estos debe mantenerse firme la ley del celibato”.


El diácono permanente participa del ministerio del Obispo, subrayando la representación de Cristo en cuanto siervo, y por eso es llamado sobre todo para dedicarse a animar en la Iglesia el espíritu del servicio caritativo. Dentro de nuestro sistema evangelizador el diácono permanente se debe ubicar como un líder en el ministerio de acción social. Además de la atención pastoral a los enfermos y al servicio de la caridad fraterna entre los fieles, hay que recordar otras acciones pastorales como la catequesis y la preparación de los que va a ser bautizados; la celebración del bautismo; la presencia en la celebración del matrimonio de los fieles, como delegado del Obispo o del Párroco; la celebración de los funerales; la distribución de la sagrada comunión a los fieles, sobre todo a los enfermos; la presidencia de la celebración de la Palabra de Dios y la predicación.



OBJETIVO GENERAL

Valorar, promover y acompañar a los diáconos permanentes en su vida y ministerio, para que representando en medio de la comunidad a Cristo Siervo, busquen su santificación y la de sus familias y hagan resplandecer la caridad y el espíritu de servicio, entre los fieles cristianos.



OBJETIVOS ESPECÍFICOS

  1. Identificar y promover la espiritualidad propia del diácono permanente como hombre casado, como persona   que tiene a cargo compromisos laborales y como constructor de la sociedad en comunión con los laicos.
  2. Lograr que su ejercicio ministerial tenga comienzo en su familia como esposo y padre, en su ambiente laboral y   en el ámbito eclesial, promoviendo la caridad y la justicia.
  3. Intensificar la formación inicial y permanente en todas las dimensiones.
  4. Elegir candidatos idóneos, que ofrezcan el perfil adecuado y que respondan a las actuales exigencias de la   Iglesia y del mundo.
  5. Que conozcan y sepan implementar nuestro sistema evangelizador, ya que este es la columna vertebral de   nuestro plan pastoral.



LÍNEAS DE ACCIÓN

Además de las estrategias señaladas para los presbíteros y que análogamente se pueden extender a los diáconos permanentes, presentamos las siguientes líneas de acción:

  1. Crear y fortalecer la Comisión Diocesana responsable de este ministerio.
  2. Conocer y fundamentar la espiritualidad propia de este ministerio, como elemento indispensable en cada   encuentro formativo.
  3. Comprometer a toda la familia diaconal (diáconos unidos a sus párrocos, candidatos y familias), en el proceso   de formación y crecimiento.
  4. Intensificar la capacitación intelectual, privilegiando el conocimiento de la doctrina social de la Iglesia.   Animarlos a realizar la licenciatura en ciencias religiosas.
  5. Además de la formación recibida en la Escuela de teología, se debe elaborar un plan de estudio,   específicamente diaconal. Debe incluir el conocimiento y vivencia de nuestro sistema evangelizador y   pertenecer a una pequeña comunidad.