El Concilio Vaticano II, que ha sido fuente e inspiración para profundizar la doctrina cristiana y para iluminar la misión de la Iglesia en el mundo, expidió el decreto “Inter Mirifica”, sobre los medios de comunicación social. Consideramos muy actual esta doctrina: “La Iglesia católica, fundada por nuestro Señor Jesucristo para la salvación de todos los hombres, y por ello mismo obligada a la evangelización de toda criatura, considera como parte de su misión valerse de los instrumentos de comunicación social para predicar a los hombres el mensaje de salvación y enseñarles el recto uso de estos medios… Por lo demás, corresponde principalmente a los laicos vivificar con espíritu humano y cristiano esta clase de medios a fin de que respondan a la gran esperanza del género humano y a los designios divinos” (IM3).
El Papa Pablo VI es muy claro en la “Evangelii Nuntiandi”: “Puestos al servicio del evangelio, los medios ofrecen la posibilidad de extender casi sin límites el campo de audición de la Palabra de Dios, haciendo llegar la Buena Nueva a millones de personas. La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara esos poderosos medios, que la inteligencia humana perfecciona cada vez más”. (EN 45).
Hacer visible y palpable a Cristo y su Evangelio mediante el testimonio y la proclamación de la Palabra, entrando en la cultura comunicacional de la red, para que conociendo y utilizando lo que esta cultura nos ofrece, llevemos el mensaje salvífico a todos los lugares, estructuras y ambientes de nuestra Diócesis.