Ministerio de Liturgia

El 3 de mayo la Iglesia católica celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que se exhorta a través de la oración, la reflexión y el encuentro  “experimentar el amor y la misericordia de Dios Padre que nos acompaña y nos reconcilia con Él mismo, con los hermanos, con nosotros y con la casa común y, así, nos convirtamos en protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de paz”.

Para la vivencia de esta conmemoración y en el contexto del Día de la Reconciliación promovido cada año por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado, con la colaboración también del presbítero Diego Alberto Uribe Castrillón, profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana, en Medellín, ha elaborado un subsidio litúrgico para vivir estos acontecimientos eclesiales, acorde al momento que vive la humanidad por cuenta de la pandemia.

El subsidio contiene:
I. Santa Misa 
II. Exposición y Bendición con la Eucaristía
III. Oremos con la Palabra de Dios, adoremos la Santa Cruz y supliquemos el don de la reconciliación

Por qué se celebra el Día de la Reconciliación
Con motivo de la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia y del gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional, en Villavicencio en septiembre de 2017, los obispos de Colombia acordaron instituir el Día de la Reconciliación, el tres (3) de mayo, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, para que, “a través de la oración, la reflexión y el encuentro fraterno, experimentemos el amor y la misericordia de Dios Padre, que nos acompaña y nos reconcilia con Él mismo, con los hermanos, con nosotros y con la Casa Común y, así, nos convirtamos en artífices de paz”.

Descargar subsidio


Luego de que el Gobierno Nacional presentara en el Congreso de la República el articulado de la reforma tributaria, la Conferencia Episcopal de Colombia ofrece algunas reflexiones a la opinión pública por considerar, entre otras razones, que “es apremiante acercarse a la realidad que estamos viviendo y suscitar un diálogo amplio sobre los puntos de la reforma, para que ésta pueda responder positivamente a situaciones como el desempleo y el subempleo, la falta de recursos básicos para la subsistencia, las limitaciones de los servicios de salud, la pobreza cada vez más generalizada, la inequidad social y la marginación de tantos colombianos“.

Asimismo, los obispos invitan a que “se mantenga como horizonte el servicio a la dignidad de la persona humana y al bien común como norma fundamental y criterio rector de todas las decisiones e iniciativas“.  

Descargar comunicado




El Papa aprueba siete nuevas invocaciones en las Letanías en honor a San José

En la Solemnidad de San José Obrero, fue publicada la Carta que ha enviado la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a los Presidentes de las Conferencias de Obispos de toda la Iglesia sobre las “Nuevas Invocaciones en las Letanías en Honor al Patrón de la Iglesia universal”.

Ciudad del Vaticano

La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer este sábado, 1 de mayo, Solemnidad de San José Obrero, la Carta que ha enviado la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, dirigido a los Presidentes de las Conferencias de Obispos de toda la Iglesia sobre las Nuevas Invocaciones en las Letanías en Honor a San José.

Resaltar la figura del Patrón de la Iglesia

En la Misiva, firmada por el Secretario de este Dicasterio, Monseñor Arthur Roche, se recuerda que, en el ciento cincuenta aniversario de la declaración de San José como patrón de la Iglesia universal, el Santo Padre Francisco ha publicado la Carta Apostólica Patris corde, con la intención de «que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución». En este sentido, ha parecido oportuno actualizar las Letanías en honor de San José, aprobadas en 1909 por la Sede Apostólica, añadiendo siete invocaciones tomadas de las intervenciones de los Papas que han reflexionado sobre algunos aspectos de la figura del Patrón de la Iglesia universal.

Siete nuevas invocaciones

Las nuevas invocaciones han sido presentadas al Santo Padre, quien ha aprobado su inserción en las Letanías de San José, y son las siguientes: «Custos Redemptoris» (cf. san Juan Pablo II, Exhort. Apost. Redemptoris custos); «Serve Christi» (cf. san Pablo VI, homilía del 19-III-1966, citada en Redemptoris custos n. 8 y Patris corde n. 1); «Minister salutis» (san Juan Crisóstomo, citado en Redemptoris custos, n. 8); «Fulcimen in difficultatibus» (cf. Francisco, Carta Apost. Patris corde, prólogo); «Patrone exsulum, afflictorum, pauperum» (Patris corde, n. 5).

Las Letanías en las lenguas locales

Asimismo, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos exhorta a las Conferencias Episcopales a traducir las Letanías a las lenguas de su competencia y publicarlas; dichas traducciones no necesitarán la confirmatio de la Sede Apostólica. “Según su prudente criterio – se lee en la Carta – las Conferencias de los Obispos podrán insertar también, en el lugar apropiado y conservando el género literario, otras invocaciones con las que se honra particularmente a San José en sus países”.







ILUMINACIÓN DOCTRINAL

Al reflexionar de manera más profunda sobre lo que es y significa la liturgia para la Iglesia, es necesario volver a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, en la Constitución “Sacrosanctum Concilium” (SC). En el n.7 nos dice: “Con razón se considera la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre; y así, el Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro”. Se produce un diálogo entre Dios y su pueblo. Dios da su gracia y la comunidad de fieles mediante la oración se apropia de ella para salvarse.


No podemos olvidar que la liturgia es eclesial por naturaleza, se realiza en la Iglesia y por la mediación de la Iglesia, en su estructura sacramental y jerárquica, con el sacerdocio de los fieles y el sacerdocio ministerial, en la experiencia concreta de la asamblea litúrgica. De este modo los fieles deben participar de manera consciente, activa y fructuosa en la celebración.


Es necesario recordar que la liturgia posee signos sensibles y eficaces. El que preside representa a Cristo vivo, actuando con su multiforme gracia en favor de su pueblo. Dentro de estos signos se destaca en primer lugar la Palabra de Dios, que ocupa un puesto importantísimo en la liturgia, lo  mismo que los sacramentos, la oración, las personas, acciones, tiempo, espacios etc. La Iglesia con su autoridad recibida de Cristo imprime un ritmo y orden a las celebraciones. Romper el espíritu de la liturgia por la “creatividad nociva” de los pastores, es desconocer el significado profundo de la misma liturgia.



OBJETIVO GENERAL

Difundir en toda la Diócesis el espíritu de la liturgia católica, como fuente original para la santificación del pueblo de Dios y como plataforma privilegiada para anunciar y celebrar el gran acontecimiento de la Redención, realizado por Cristo en su misterio pascual.



OBJETIVOS ESPECÍFICOS

  1. Que la catequesis ordinaria sea un instrumento permanente para la formación litúrgica de los fieles.
  2. Crear y consolidar el ministerio de Liturgia en cada parroquia.
  3. Buscar caminos prácticos como la “Lectio Divina”, con el fin de crecer en la espiritualidad y fortalecer   testimonialmente la Homilía, tanto en los ministros, como en los fieles laicos.
  4. Que el Obispo diocesano, como primer responsable de la liturgia, imparta orientaciones constantes y oportunas   en este campo tan sensible a la ambigua creatividad de los ministros.



LÍNEAS DE ACCIÓN

  1. Que el ministerio de liturgia, bajo la orientación del sacerdote, ayude a evitar al máximo la improvisación en   todas las celebraciones litúrgicas y las prepare con fe y dignidad.
  2. Emplear el tiempo necesario para capacitar a los distintos servidores del altar, comprobando que sí están   habilitados para el servicio sagrado.
  3. Formar a los alumnos del seminario en el espíritu de la sacralidad de la liturgia, como punto de contacto del   ámbito divino con las realidades humanas.
  4. Revisar constantemente en los templos lo concerniente a la correcta ubicación de los lugares litúrgicos.
  5. Realizar esfuerzos para advertir y orientar a los sacerdotes en todo lo concerniente a la dignidad, calidad y   manejo de los elementos esenciales para el culto.