
El obispo, como pastor solícito, no abandona a la comunidad, sino que ora por su diócesis y sigue en contacto con sus sacerdotes y fieles haciendo uso de los medios virtuales y tecnológicos que estén a su alcance. Lo mismo harán los sacerdotes, quienes, desde su creatividad, activarán la pastoral DIGITAL para cumplir la misión de transmitir la gracia de Dios, mediante la meditación de la Palabra, la catequesis y la celebración eucarística. Así se fortalece la fe de los fieles, se les anima en la esperanza y se les invita a vivir en la caridad. Con la participación devota en las misas transmitidas los domingos por los distintos medios de comunicación se cumple con el precepto dominical. Todo esto sin presencia de fieles.